Nuestro proyecto arquitectónico para el Memorial en Irpin propone la creación de un nuevo paisaje que se integre con el entorno natural de la ciudad. Desde una perspectiva en elevación, se proyecta la construcción de un bosque de 279 árboles/estructuras verticales, como símbolo de la fusión entre naturaleza y vida. Estos árboles/estructuras verticales conmemorarán a cada una de las víctimas de manera significativa.

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Desde una perspectiva en planta, estos árboles perfilan el contorno de una bomba de mortero, representando la violencia y la muerte. Entre ellos, se generan pequeños espacios y caminos aleatorios que crean un área especial de conmemoración, celebrando la memoria de las 279 víctimas asesinadas por el ejército ruso en su intento de asalto a Irpin y Bucha. Este diseño es conocido como el Bosque de Árboles-Esquirlas.

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Cada árbol será construido con vigas autoportantes de madera laminada de diferentes alturas, que oscilarán entre los 4 y los 6 metros, para reflejar la diversidad de las víctimas, incluyendo niños, jóvenes, adultos y ancianos.

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En el encuentro de las estructuras de los Árboles-Esquirlas se crearán los Altares Individuales: espacios donde familiares y amigos puedan honrar y recordar a cada una de las víctimas de la masacre. Estos altares, con forma de ángulo, ofrecen un refugio único dentro del bosque, permitiendo una conexión íntima con el entorno conmemorativo.

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El suelo del Bosque de Árboles-Metralla estará compuesto por grava de cantera triturada. Este material no solo marca el paso del visitante a través del sonido que emite al ser pisado, sino que también establece una clara distinción entre el exterior y el interior del Memorial. El cambio de ritmo y actitud al ingresar al espacio se logra a través de esta diferencia perceptible, creando un suelo que rememora el escombro y la devastación.

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Así, el proyecto utiliza materiales austeros para construir un espacio minimalista, reflejando una profunda reflexión sobre la tragedia y el recuerdo.